Una sucesión de fuertes temporales que comenzaron allá por enero y que continuaron de forma intermitente hasta principios de marzo, han azotado de forma persistente el Golfo de Bizkaia.
Estas borrascas con fuerte oleaje, vientos convertidos ocasionalmente en ciclones y los picos de mareas vivas, ha provocado graves consecuencias en el litoral cantábrico y también la Galicia atlántica. En Gipuzkoa la situación ha sido especialmente delicada en Donostia, Zarautz, Zumaia…, aunque todas las poblaciones costeras han resultado afectadas.
Estos temporales han provocando grandes daños en la fauna marina. En cuanto a las aves, estas condiciones metereológicas extremas en la mar, las obliga a un esfuerzo suplementario para volar, nadar, bucear para alimentarse…, lo que las debilita produciendo en ellas un desgaste a veces insuperable.
Solo ha habido que dar una vuelta por playas y ensenadas, para ver las consecuencias devastadoras sobre álcidos como el Alca, el Arao o el Frailecillo. Estas avecillas de pequeño tamaño pasan el invierno en alta mar y no pueden soportan la persistente lluvia, viento y fuerte oleaje que acaban con su resistencia. Especialmente para los Araos el efecto ha sido demoledor.
Los vientos continuados del oeste y noroeste han ido empujado también las aves hacia el litoral francés. Entre finales de enero y el 24 de febrero se habían recogido más de 21.000 aves muertas o con síntomas de agotamiento. De ellas 5500 eran Frailecillos y 2000 Araos comunes (datos de la LPO francesa).
En Gipuzkoa han sido numerosas las aves orilladas en playas y ensenadas, desde Hondarribia hasta Mutriku. Algunas han aparecidos vivas y desnutridas. Otras, la mayoría, muertas. En gran porcentaje se trata de Araos comunes.
El 1 y 2 de marzo, coordinados por SEO, con miembros y voluntarios de los colectivos SEO-Donostia, Itsas Enarak y Arkamurka se organizó una ICAO (Inspección Costera de Aves Orilladas) para contabilizar las aves aparecidas en las distintas playas gipuzkoanas.
Ayer sábado 15 de marzo se ha repetido la experiencia, pero esta vez haciéndolo al unísono en toda la cornisa cantábrica. Todavía se han dejado sentir los efectos de los temporales de semanas anteriores.
Con las aves que ya han causado baja, poco hay que hacer, una vez seguidos los protocolos habituales. Pero hay que pensar en el futuro. La temporada de cría para las aves que han superado el embate comenzará en breve.
Quizás estas campañas de conteos de aves donde se refleja la magnitud de la catástrofe, ayuden para que los organismos oficiales promuevan medidas de protección de estas aves, especialmente sus áreas de cría. Será la única manera de poder recuperar, lentamente, eso sí, sus mermadas poblaciones.
Si se encuentra un ave viva, lo mejor es dejarla en manos expertas, para que intenten recuperarla. En Gipuzkoa se pueden llevar al Centro de recuperación de fauna silvestre-Arrano Etxea, en Igeldo. T. 943-210584.
También se puede contactar con la central de avisos de la Diputación Foral de Gipuzkoa para que, personal de esta institución, se haga cargo del traslado. T. 943-000420.
Para recoger el ave, mejor con guantes y un trapo o toalla para sujetarlo y cubrirlo, evitándole el stress inicial. Depositarlo en una caja de cartón con agujeros de ventilación y trasladarlo lo más rápido posible al Centro mencionado.
Por terminar con una idea minimamente optimista, o al menos, positiva, diremos que algunas de estas aves, las más fuertes o hábiles, se han ido refugiando en diversos puertos gipuzkoanos. Allí han permanecido durante días descansando y alimentándose, llamando la atención por su elevado número.
EN HONDARRIBIA
EN GETARIA
EN DONOSTIA
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