Unos pocos a últimos de febrero, según los años, pero la mayoría se presenta en sus zonas de cría de Guipuzcoa durante la primera quincena de marzo. Estamos hablando de una especie estival: los Chorlitejos chicos.
Su hábitat natural en esta época del año, han sido, de siempre, las graveras de los ríos. Sin embargo, estos emplazamientos son muy escasos en Guipuzcoa. Los ríos guipuzcoanos discurren por valles muy encajonados, con pocas llanuras de inundación. Esto, unido al encauzamiento a base de grandes diques de hormigón o escolleras, a su paso por las poblaciones, ha dejado casi sin orillas los cursos fluviales, y por tanto, apenas existen graveras no inundables.
En humedales protegidos como Plaiaundi o Iñurritza, se reproducen a la orilla de sus lagunas de agua dulce artificiales, o a la vera de la regata que desemboca en el mar.
En ríos como el Urumea, Oria, Deba…, sin embargo, han optado, fundamentalmente, por lugares alternativos, saliendo de sus cauces, y reproduciéndose en zonas aledañas. Allí, vivaquean en explanadas o pequeñas parcelas vacías o en desuso, que contengan guijarros, piedras o gravilla.
Recién llegados, comienzan las disputas con otros congéneres por el territorio. Son pequeñas escaramuzas incruentas, que más bien se quedan en escarceos, a base de saltos, aleteos, y algo de griterío, para ahuyentar a los rivales. En esos momentos, se puede ver pequeños grupos de camorristas.
Tambien en estos primeros días, se les puede ver revoloteando por los alrededores del área elegida, y no tienen ningún problema en posarse sobre arcenes, caminos o aceras asfaltadas. En esos casos, el vehículo utilitario es uno de los mejores hide que conozco.
Al menos en Gipuzkoa los cortejos nupciales comienzan de forma inmediata, tras asentarse mínimamente en sus recolonizados lugares de cría.
Los rituales comienzan con el macho realizando saltos acrobáticos alrededor de la hembra. Luego, desde el suelo, expone su parte posterior, postrándose parcialmente y aleteando ostentosamente. Está tratando, descaradamente, de llamar la atención de la hembra.
Lo termina consiguiendo, porque la hembra, hace pequeños recorridos de vaivén, hasta que finalmente parece aceptar las galanterías, realizando juntos pequeños recorridos, que terminan con un acercamiento definitivo…
... tras el cual llega la cópula, que en algunos casos es eléctrica, pero que en otros se prolonga durante unos segundos.
La población española es principalmente estival. Algunos ejemplares acuden de las provincias ibéricas sureñas, pero la mayoría proviene del Africa occidental donde inverna.
De pico corto y piernas largas, prefiere andar o correr en el suelo y lo hace de una forma rapidísima. Está clasificado como especie “Vulnerable” en el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas y “De interés especial” en el Catálogo Nacional.
Estos primeros días de la primavera recién estrenada, son muy ajetreados para este limícola de pequeño tamaño. En las próximas semanas llegará la construcción del rudimentario nido y la puesta. Pero eso, lo dejaremos para una futura ocasión.
Precioso el artículo en sus palabras, en las imágenes y en el engarce.
ResponderEliminarPena no poder subscribiese por email... Pero volveremos. Gracias!
Dirigirse a alguien desconocido, siempre resulta muy frío y distante.
EliminarEn cualquier caso, gracias por tu comentario.
Alfredo